miércoles, 16 de octubre de 2019

¿Andar, Caminar o Pasear?


Generalmente en español se utilizan los términos andar, caminar y pasear indistintamente, aunque, dependiendo del contexto y la situación en la que los utilicemos, pueda apreciarse un ligero matiz entre ellos. Por ejemplo, no es lo mismo si tenemos que movernos a pie a un lugar determinado, a una hora prefijada, en una dirección concreta o si, simplemente, vamos disfrutando de nuestro caminar sin más motivo que el hecho de realizarlo, sin prisa, sin rumbo ni sendero predefinido.

Por lo tanto, precisemos cada término:

Andar: Es la capacidad que tiene el ser humano de moverse a pie. Es un término general que se puede utilizar en todo contexto, ya que engloba ciertamente a los otros dos.

“Me gusta ir andando a todos los sitios”.

Caminar: Es el acto de andar (o moverse a pie) teniendo como referencia un lugar, una meta, un tiempo o distancia específica.

“Siempre camino dos horas al día por los montes de mi ciudad. Es muy saludable caminar: ¡te lo recomiendo!

Pasear: Se utiliza cuando andamos (o nos movemos a pie) por placer, ocio o esparcimiento sin una dirección, objetivo ni tiempo concreto. Es asimilable a la expresión “dar un paseo” o “dar una vuelta”.

Por cierto, ¿has visto que sol tan maravilloso hace esta tarde? ¡Venga, acompáñame, vamos a pasear un rato por ahí! ”


Ahora, vamos a ver los tres ejemplos señalados en una frase completa:

“Me gusta ir andando a todos los sitios. Siempre camino dos horas al día por los montes de mi ciudad. Es muy saludable caminar: ¡te lo recomiendo!
Por cierto,
¿has visto que sol tan maravilloso hace esta tarde? ¡Venga, acompáñame, vamos a pasear un rato por ahí!”


¿Y tú que haces cuando te mueves a pie? ¿Andas, caminas o paseas



domingo, 25 de agosto de 2019

El Arte de Pedir las Cosas en Español…


Imaginemos que tienes la comida preparada, te sientas en la mesa, comienzas a comer y cuando vas a partir un trozo de pan para acompañar tu riquísimo plato de garbanzos, te das cuenta de que se te ha olvidado comprarlo: ¡no hay pan!  Un momento tenso se palpa en el ambiente, porque además de que te tocaba a ti comprarlo y no lo has hecho, no tienes ganas de hacerlo en absoluto…  Tu pareja está enfrente de ti clavando su mirada sobre tus ojos. ¿Qué haces?


Hay dos opciones: Quitas hierro al asunto disculpándote y diciendo que por un día que no se coma pan no sucede nada… (¡Algo impensable en España!), o vas a comprar el pan ipso facto (sin ganas y, encima, sin la garantía de que aún quede alguna barra de pan en la panadería…). 


También hay una tercera opción, aunque sea difícil de cumplirla pero no imposible: Pedir a tu pareja que vaya a comprar el pan… ¡Tamaña situación, tremendo drama! ¿Te atreverás a hacerlo? ¿Cómo lo vas a decir? ¿Accederá a tu petición o no?

¡Depende de cómo formules tu petición!  ¡Veamos las diferentes formas!:

·         Ve a comprar el pan.
·         Yo que tú, iría a comprar el pan. .
·         Si yo fuera tú, iría a comprar el pan.
·         Deberías ir a comprar el pan. 
·         Deberíamos ir a comprar el pan.
·         Hay que ir a comprar el pan. 
·         Te recomiendo que vayas a comprar el pan. 
·         Te aconsejo que vayas a comprar el pan.
·         ¿Por qué no vas a comprar el pan? 
·         Habría que bajar la basura. 
·         Tendrías que bajar la basura. 
·         Tendríamos que bajar la basura.

En español hay diversas formas de realizar una petición y, por consiguiente, de influir en la otra persona sobre su comportamiento. Se puede expresar tu deseo con distintas estructuras y tiempos verbales, de una forma más directa o menos directa, más personal o impersonal, más o menos cortés… ¡Es todo un Arte!

En el caso que se ha planteado anteriormente de “ir a comprar el pan”, ¿qué frase elegirías para salir airoso de la situación? ¿Qué frase te parece más adecuada para este caso concreto? ¿En qué contexto utilizarías cada frase? ¿Cómo formulas tus peticiones a los demás? ¿Se te ocurre alguna forma original de pedir las cosas?

¡Comparte tu Experiencia! J





jueves, 25 de abril de 2019

El modo imperativo: ¿Orden, consejo o petición?



El imperativo es un modo gramatical que utilizamos mucho los hispanohablantes para sugerir, realizar peticiones, aconsejar o, directamente, ordenar expresamente a alguien que haga algo que queremos. 

Puede resultar extraño a personas que no conozcan el idioma español cuando escuchan por primera vez una conversación entre hispanohablantes, la cantidad de ruegos, peticiones, consejos, instrucciones, órdenes, ánimos, “enfatizaciones imperativas”, persuasiones o mandatos que se dirigen entre sí… ¿Estamos todo el tiempo queriendo convencer al otro de nuestras ideas? ¿Siempre queremos que los demás hagan lo que creemos que es lo correcto para nosotros? ¿Acaso siempre pensamos que tenemos razón y hemos de imponérsela explícitamente a la otra persona…?
Seguramente muchos así lo piensen… Pero también otros tantos se expresan de tal manera, simplemente, por una cuestión cultural y de costumbre en el habla…

En la lengua española hay infinidad de formas de expresar petición, consejo o mandato, aunque, la mayoría de ocasiones, si no estás familiarizado con el uso sociolingüistico del habla, parece que siempre fuera una orden expresa… Para diferenciar cuando alguien te está ordenando directamente o pidiendo algo “imperativamente amable” o, solamente, dando su opinión y consejo sobre un tema específico que te afecte personalmente, hemos de tener en cuenta el contexto, el tono y el matiz en que se dice lo que se dice…

Para mostrarlo con ejemplos, ahí van unas cuantas frases:

·        Ayúdame a limpiar la habitación, por favor.

·        Levántate temprano mañana para ir a la compra.

·        Por supuesto, pasa, pasa, la tienda está abierta.

·        Ven aquí ahora mismo y dime qué te pasa.

·        Venga, anímate, todo va a salir estupendamente.


Después de leer estas frases: ¿Puedes diferenciar cuál es una orden, una petición, un ánimo, un consejo o  un recurso enfático de una idea a transmitir?

¡Venga, inténtalo!


-------


Preguntas para reflexionar:
¿Y tú? ¿Utilizas mucho el modo imperativo cuando hablas español? ¿Se utiliza comúnmente en tu idioma? ¿Qué estructura prefieres para aconsejar o pedir algo? ¿El imperativo te parece demasiado directo…?

jueves, 3 de enero de 2019

¿Cuándo soy más cortés?: Usos de Quiero, Quería, Querría y Quisiera.



Cuando nos encontramos en contextos formales en los que hay que utilizar expresiones de cortesía, pregunta o ruego, casi siempre nos surge la misma duda: ¿Qué es más apropiado: Presente de indicativo, Imperfecto de cortesía, Condicional simple o Imperfecto de subjuntivo?

Muchas son las veces en las que a última hora, cuando lo tenemos que llevar a la práctica, nos entra esa sensación dubitativa que nos pone nerviosos e inseguros y no sabemos si lo que emitimos por nuestra boca es correcto o no… más bien, lanzamos una palabra cual juego de azar se tratase…

Generalmente en el idioma español, es correcto utilizar los cuatro tiempos verbales señalados anteriormente para expresarse cortésmente en un contexto que así lo requiera. La principal diferencia de uso entre estos, es la gradación manifiesta de cortesía o amabilidad que queremos enfatizar, según la intención, propósito o contexto que precise la especificidad de nuestra solicitud o petición.

Veamos los siguientes ejemplos con el verbo querer. Imagínate que entras a un bar y expresas lo siguiente:


Buenos días, quiero una cerveza con un pincho de tortilla.

Buenos días, quería una cerveza con un pincho de tortilla.

Buenos días, querría una cerveza con un pincho de tortilla. 


Buenos días, quisiera una cerveza con un pincho de tortilla. 


¿Tú también crees que la diferencia en el uso de estos diferentes tiempos verbales está en la gradación de la cortesía? ¿Cuál te parece más cortes y educado de los cuatro? ¿Tu cuál elegirías? ¿Qué formula de petición o expresión cortés sueles utilizar habitualmente en tu vida cotidiana?

¡Comparte tu experiencia!



sábado, 8 de diciembre de 2018

El Yoga Ibérico: La siesta (Cultura española)



Como internacionalmente se conoce, una de las costumbres más típicas y arraigadas entre los españoles es “echarse la siesta”.  La siesta consiste en el acto de dormir (o “echarse una cabezadita”) durante un periodo relativamente corto de tiempo – 10/30 minutos- después de comer, aunque para algunos se alargue un poquito más… Este hábito tan característico de España suele tener lugar entre las 14h y las 16h de la tarde, más o menos.

Siempre se ha sabido en la cultura popular que dormir la siesta después de comer es un habito saludable y beneficioso para la salud, ya que cuando te despiertas de una breve pero profunda y “bien-dormida” siesta, acumulas una gran dosis de energía y vitalidad para continuar realizando las labores que te esperan a lo largo del día hasta la hora de dormir por la noche…

Todos los beneficios saludables de la siesta que se han conocido siempre popularmente, ahora han sido refrendados y ratificados  por diversos estudios científicos en los que se recomienda que esta sana costumbre “tan española”, sea expandida al resto del mundo por sus maravillosos efectos beneficiosos para el buen funcionamiento de nuestra mente y cuerpo. Entre estos efectos positivos se encuentran:
·        
      Favorece el ejercicio de la memoria.
·        Alivia tensiones y relaja los músculos.
·        Disminuye el estrés.
·        Aumenta el rendimiento de nuestras actividades diarias.
·        Aporta sensación de bienestar general.

Por esta razón, algún que otro aventurado al disfrute diario de esta provechosa costumbre española, ha denominado a la siesta como  “El Yoga Ibérico”, puesto que su práctica habitual y cotidiana produce efectos similares a práctica de la disciplina del yoga proveniente de Oriente...

¿Tú también crees que la siesta es el Yoga Ibérico? ¿En tu país también está la costumbre de dormir la siesta? ¿Qué piensas acerca de este hábito tan característico? ¿Tú también duermes la siesta diariamente?

¡Comparte tu experiencia!



domingo, 18 de noviembre de 2018

Práctica conversacional para el aprendizaje de los Pasados en Español.



Uno de los retos más importantes que tiene el alumno de español es aprender y saber diferenciar, de forma clara y precisa, los diferentes tiempos verbales en Pasados de Indicativo que existen en español: Pretérito perfecto compuesto, Pretérito indefinido, Pretérito imperfecto y Pretérito pluscuamperfecto.

La confusión en la utilización pertinente de los Pasados de Indicativo es más patente en los tres primeros,  por eso vamos a resumir los usos más importantes de cada uno:
                                                                                     
·       Pretérito Perfecto Compuesto: Acciones pasadas que están vinculadas con el presente.

Por ejemplo, lo utilizamos para referirnos a acciones pasadas ocurridas en un periodo de tiempo no terminado (hoy, esta semana, este mes…) o para el número de veces que hemos hecho algo a lo largo de nuestra vida hasta el presente.

“Hoy he desayunado a las 6 de la mañana”

“Francisco se ha casado cuatro veces”

·    Pretérito Indefinido: Acciones pasadas que no tienen ninguna relación con el presente.

Por ejemplo, lo utilizamos para referirnos a acciones pasadas ocurridas en un periodo de tiempo terminado (ayer, el + fecha / día, la semana pasada, el mes pasado…) o que está delimitado en el tiempo.

“La semana pasada hice un examen”

“Viví en Portugal durante tres meses”
 

·        Pretérito Imperfecto: Acciones o estados que tuvieron lugar en el pasado.

Por ejemplo, lo utilizamos para referirnos a acciones habituales en el pasado o para realizar descripciones en el pasado de personas, cosas, lugares o situaciones.

“Antes iba a ver los partidos del Real Madrid todos los domingos”

“Hace 10 años mi ciudad era muy pequeña”

Es importante comentar a este respecto, que el aprendizaje de los Pasados de Indicativo por parte del alumno de español, tiene, a mayores, una dificultad añadida debido a los numerosos verbos irregulares que contienen, llegando a ser una tarea muy ardua memorizar todos… Por esta razón, una forma muy práctica y efectiva de que el alumno interiorice la estructura de los pasados y le vaya “saliendo cada vez más automático”, es realizar, además de la explicación y ejercicios específicos de cada pasado, una práctica conversacional, con una serie de temas o preguntas en las que el alumno tenga que expresarse en el tiempo verbal correspondiente del Pasado.

Los temas o preguntas a desarrollar pueden ser de cualquier índole, lo variadas, flexibles o específicas que tú quieras, según tu objetivo y las necesidades del alumno.

Aquí comparto un ejemplo que suelo utilizar yo en clase. Éstas tienen un carácter más experiencial, pero como he comentado anteriormente, lo puedes realizar de cualquier tema y siempre a tu manera.


Práctica conversacional sobre los Pasados de Indicativo en Español:

¿Qué has hecho este fin de semana?
¿Donde fuiste de vacaciones el año pasado?
¿Cómo era tu vida cuando eras pequeña?


¿Qué más preguntas se te ocurren a ti? ¡Compártelas! 



sábado, 27 de octubre de 2018

La Competencia Comunicativa en el proceso de Enseñanza-Aprendizaje de una Segunda Lengua.



Los seres humanos somos, esencialmente, seres sociales, por lo que continuamente estamos interactuando entre nosotros y con el medio en el que nos insertamos. Esa interacción, la ejercemos a través del  acto de comunicar, que, desde mi punto de vista, es el proceso que utilizamos para la transmisión de información, conocimientos, experiencias, ideas, signos o símbolos con el objetivo de compartirlas a los otros en la sociedad.  De ahí que el verbo comunicar provenga del latín communicare que significa “compartir información, impartir, difundir”, y que éste a su vez, derive del término latino communis que se refiere a “lo común, lo mutuo, lo participado entre varios”.

En este sentido, lo que hacemos cuando hablamos o escribimos es compartir información al conjunto de la comunidad en la que nos hallamos, y, por lo tanto, contribuir al desarrollo de la misma.

El acto de comunicar, es un acto inherente a nuestra naturaleza, ya que nos permite asociarnos y vincularnos con los demás, cuya finalidad es crear un sistema de signos y símbolos (cultura) que nombre a las cosas de una determinada forma que otorgue sentido al mundo en el que vivimos. Por eso pienso que el lenguaje va íntimamente ligado a los esquemas de pensamiento pre-configurados por la cultura en la que hemos nacido/vivido los primeros años de nuestra vida, siendo este hecho, el que determinará decisivamente la conformación de la cosmovisión y la forma propia de percibir el mundo para el resto de nuestra vida, llegando a ser totalmente diferente si hubiésemos nacido/vivido en otra cultura.

Por esta razón, considero que el aprendizaje de una lengua nueva, además de requerir el dominio completo de las competencias lingüísticas, también, precisa que aprehendamos e interioricemos la esencia implícita y la visión particular que esa lengua en concreto contiene, integrándola en los esquemas que nuestra lengua materna ha impreso en nosotros, enriqueciéndolos y aportando un nuevo sentido mucho más integral a los mismos, y, en consecuencia, a nosotros mismos.  



¿Andar, Caminar o Pasear?

Generalmente en español se utilizan los términos andar, caminar y pasear indistintamente, aunque, dependiendo del contexto y la situación ...